Equilibrar la necesidad de velocidad frente a las valoraciones de los costos es algo clave en este proceso. Por ejemplo, si los productos son perecederos, posiblemente el transporte aéreo inmediato sea la mejor solución. Mientras que el transporte marítimo podría ser la solución más adecuada para las cargas que no dependen tanto del tiempo de envío y que implican menos costos.
Uno de los primeros desafíos de este plan es determinar el modo de transporte más adecuado, considerando una serie de factores, como la fiabilidad del servicio, el costo, el tiempo de tránsito, la huella de carbono y las características específicas de la carga. Diferentes tipos de transporte en la cadena logística pueden aportar eficiencia y resiliencia a la cadena de suministro ante un panorama de mayor demanda y volatilidad del mercado.